Soy adicta, tengo que reconocerlo y hacerme a la idea de que
soy adicta a los test de ovulación.
Mi adicción comenzó hace un par de meses, cuando mi búsqueda
de un nuevo embarazo solo era un proyecto a largo plazo y queriendo, inconscientemente
de facilitar la llegada de mi embarazo, compre en Amazon unos test de ovulación,
vamos 30 test para ser exactos.
Y me los fundí en el primer ciclo, la verdad es que al
principio me traían por el camino de la amargura, para mí que eran todos positivos,
entonces empecé a pensar que llevaba todo el mes ovulando sin parar un día tras
otro, utilice todos los test en mi primer mes de búsqueda.
Gracias a las nuevas tecnologías, conseguí entender la
lectura de dos simples líneas y descubrí que realmente estaba equivocado en su
lectura.
Los test de ovulación detectan la hormona LH (hormona luteinizante),
esta hormona es la que nos indica que la
ovulación esta próxima, si como leéis, próxima, porque esta hormona alcanza su
pico máximo entre 24 y 36 horas antes de ovular.
Es decir, una vez que la segunda línea del test es de
intensidad igual o superior a línea de control, ovularemos en las próximas horas.
Vamos que yo no lo hice bien ni por asomo.
Lo raro es que me hubiese cuajado el cigoto.
Además de a diferencia de los test de embarazo, jamás hay
que realizarlo con la primera hora de la mañana, ya que la LH se
sintetiza en tu cuerpo por la mañana temprano. No aparecerá en la orina
hasta avanzado el día.
Una vez aprendida la lección sobre su lectura, ya tengo en mi cajón
las suficientes reservas para los siguientes tres meses, si, si, como leéis
tres meses. Lo dicho, soy adicta.
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